miércoles, 2 de noviembre de 2011

Alcohorexia -Nota de la Revista Viva-

Cóctel explosivo :
                 No comer y luego tomar de más

 -Nota  publicada por la Revista Viva el 8 deseptiembre  de  2011-                 
Por Patrica Apgar




Riesgos de la alcohorexia.

Esa es la denominación de una mezcla de patologías que surgen mayoritariamente chicas jóvenes y mujeres hasta los treinta años. Combina las restricciones a la hora de comer- para estar delgadas- con el abuso de alcohol para desinhibirse.

Los viernes eran los días de liberar angustias y nervios, ahogados en vasos de cerveza y bebida blanca en el menor tiempo posible. Ese día la comida estaba prohibida mas que nunca. La salida programada hacia que mi cuerpo se sintiera hinchado y gordo", dice Emilia, paciente en recuperación de alcohorexia. Pero ¿de que hablamos cuando decimos alcohorexia? Este no es un término médico oficial. Si bien los especialistas ya la designan como una patología psiquiátrica, hasta el momento no ha sido incluida en el Manual  Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM). Claro que generalmente se empiezan a ver en los consultorios y tiempo después aparecen  a nivel académico.
La mayoría de los pacientes con trastornos alimentarios  son mujeres, aproximadamente nueve de cada diez casos. La alcohorexia se insinúa como uno de los nuevos trastornos alimentarios que padecen en especial las mujeres  jóvenes de 15 a 30 años. Suma el ideal de estar delgadas, al deseo de sentir la euforia a través de la ingesta de alcohol. Así se arma este mix mortal: restricción alimentaria, para poder beber más cantidad de alcohol.
La primera vez que se habló de alcohorexia fue para la sección Fashion & Style, de la revista de The New York Times, en marzo de 2008. En los artículos médicos se nombraba el fenómeno, pero solo se habla de comorbilidad (dos enfermedades juntas) en los trastornos alimentarios.
Curiosamente esta enfermedad tiene buena prensa entre las adolescentes. Es que algunas estrellas juveniles la padecieron: entre ellas Victoria Beckham, Linsay Lohan, Tara Reid y Misha Burton.
Según un informe de 2006 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un 30% de las mujeres estadounidenses entre los 18 y 24 años se saltean comidas para poder beber más.
“La base sobre la que se sustenta este nuevo  desorden se asocia a la obsesión  por estar delgadas y  a la legitimidad social del exceso de alcohol y de drogas entre los adolescentes y adultos jóvenes " explica el doctor Douglas Bunnel, presidente  de la Asociación Nacional de Trastornos Alimentarios Norteamericana. En la Argentina  todavía no hay estadísticas, pero si muchos testimonios.
"No como para que me pegue mas el alcohol y así poder divertirme en la noche", es una de las frases mas frecuentes en el consultorio, reconoce la medica psiquiatra Juana Poulisis, especialista en trastornos alimentarios y autora del libro Los nuevos trastornos alimentarios: alcohorexia, vigorexia, diabulimia, pregorexia, orthorexia, que saldrá en septiembre.

Trastornos de base
Pero la alcohorexia, ¿es una moda, una enfermedad nueva o la sumatoria de dos patologías? Para Poulisis, "primero es una moda porque el abuso de alcohol en las mujeres se da actualmente como no se daba en otras épocas; y también hay  trastornos alimentarios porque la delgadez es el patrón social a seguir respecto de lo que se considera bello en la sociedad. Y a su vez es la suma de estas dos patologías".
Primero aparece el trastorno alimentario: se da en las pacientes con bulimia, con síndrome de atracón y en las pacientes con anorexia purgativas (con uso de laxantes y diuréticos). Después se agrega el abuso de sustancias.
La modalidad de acción de las chicas que padecen alcohorexia consiste en restringirse alimentariamente -algunas vomitan, toman laxantes o diuréticos- y a su vez tienen atracones de alcohol. Por atracón se entiende la ingesta de grandes cantidades de bebida en un corto tiempo (dos horas o menos). "Me fijaba todo el tiempo en las calorías del alcohol, pero  no me importaba demasiado. Total, las compensaba no comiendo o vomitando", relata una paciente.
El esquema de razonamiento es: "Tengo una fiesta, desayuno un yogur, me salteo el almuerzo, a las cinco de la tarde tomo un té con galletitas, y hasta las noche nada. Luego, a disfrutar de la seguidilla de tragos sin límite". Para Poulisis, "en las mujeres, que tienen menor resistencia al alcohol la suma de todos estos factores genera un riesgo muy grave. A nivel cerebral provoca muchas más alteraciones (muerte de neuronas, problemas de concentración) que tomar los mismos tragos en un largo período. Las chicas no tienen en cuenta el peligro porque  para ellas sentirse relajadas y desinhibidas resulta atractivo. Pero el alcohol ingerido en forma de atracón  general alcoholemias muy altas y hasta puede provocar la muerte por coma alcohólico".
¿Cómo llega una chica a tener este tipo de trastornos? Según los especialistas, se conjugan una serie de variables. Hay tres factores que intervienen: los predisponentes, los desencadenantes y los perpetuantes. "Dentro de los factores predisponentes -explica Poulisis- está el aspecto psicológico: son chicas muy perfeccionistas, exigentes e inmaduras emocionalmente, a las que les cuesta crecer. Tienen una estructura de personalidad obsesiva e impulsiva. El aspecto social también tiene su peso importante, porque vivimos en una sociedad que equipara a ser delgado con ser exitoso y ser obeso con ser bobo". ¿Cómo contrarrestar tanta presión? .Hay instituciones que, de forma preventiva, realizan charlas  sobre trastornos de alimentación en los colegios. Se les explica también que muchas fotos que aparecen en las publicidades están retocadas. Y se les cuenta  que hay estudios que demuestran que  mirar muchas imágenes  de mujeres y hombres con cuerpos que parecen perfectos-según el parámetro actual- genera insatisfacción con el cuerpo de uno.

Los signos de alerta
Otros factores predisponentes de la alcohorexia son los biológicos y los hereditarios. "Hay estudios -indica Poulisis- que   muestran que hay una predisposición  neurobiológica, no determinante, para padecer un trastorno alimentario. Por ejemplo, cuando una chica dice verse gorda y no lo está, tiene  una distorsión  de la imagen corporal. Ocurre una activación en determinados centros a nivel cerebral y esto hace que su mirada sea diferente. La neurobiología nos muestra que hay alteraciones vinculadas con el circuito de recompensa a nivel cerebral que están alterados. Esto también se da en el alcoholismo, en el consumo de drogas y en los trastornos de ansiedad".
¿Cuales son los síntomas de la alcohorexia? Los padres deberían entrar en estado de alerta  cuando las chicas empiezan a no sentarse a la mesa, ni compartir las mismas comidas, a decir "me duele la panza" o " ya comí". También cuando se visten con ropas más holgadas  para no mostrar delgadez y tienen muchas variaciones de peso. O si comen y se encierran en el baño, o cuando empieza a desaparecer comida en la casa. Porque estas chicas a veces no comen enfrente de los padres, pero tienen atracones a escondidas. Respecto del abuso de alcohol, recomiendan esperar a los chicos cuando vuelven de salir. Hay consejos para prevenir catástrofes. "Enseñarles que si van a tomar -lo hagan lentamente, que tienen que comer antes de salir para amortiguar el efecto del alcohol y que hay determinadas bebidas que son peores que otras", aconseja Poulisis.

Reconstruir la imagen
Los mensajes que se transmiten en el día a día en la familia también son importantes a la hora de la prevención.
Conviene evitar que el tema central de la charla sea la estética y el peso. Que la mamá sea modelo de mamá, no un modelo de mamá adolescente.
Pero cuando ya se está inmerso en un mundo de espejismos, ¿cómo reconstruir la propia imagen? En principio, los especialistas recomiendan iniciar un tratamiento que dure al menos dos años y tenga  un abordaje multidisciplinario, donde por lo menos actúen un terapeuta y un nutricionista. ¿A dónde recurrir? El Hospital de Niños, los hospitales Argerich y Durand atienden estos casos a través de sus servicios de Psicopatología.
Poulisis destaca que "el entorno familiar debe ayudar durante el tratamiento. Es importante el acompañamiento en las comidas. Hay un estudio que dice que compartir por lo menos una comida diaria en familia disminuye la probabilidad de desarrollar un trastorno alimentario. También introducir en el plan alimentario del paciente todos los alimentos de forma moderada, donde se puede comer algo rico y hasta tomar un vaso de alcohol. Cuando las chicas empiezan a comer así, no engordan, porque lo que engorda es el exceso. Flexibilizar la forma de comer es la manera de curarse de un trastorno alimentario".

viernes, 21 de octubre de 2011

VIGOREXIA un nuevo trastorno alimentario

Nota de la Revista Mía, publicada el 8 de septiembre de 2011


 
Ejercicio y alimentación al extremo
Se trata de un nuevo trastorno psíquico, cuya obsesión es verse tonificada, buscando un ideal de belleza inalcanzable.

                                                                                        Por Fernanda Bustos



La Vigorexia o dismorfia muscular es un trastorno o desorden psíquico donde se asocia belleza con masa muscular. Quienes la padecen suelen pasar gran parte del día haciendo ejercicio físico y pensando en como poder llevar a cabo una dieta rica en alimentos proteicos para así aumentar la masa muscular del cuerpo.
Se la suele llamar en la jerga la " anorexia inversa", ya que si bien ambos tienen una distorsión  de su imagen corporal, los vigoréxicos buscan salir de un cuerpo que ven siempre como débil y delgado para llegar a uno fuerte y voluminoso.
Empezó siendo un problema masculino. " En las ultimas décadas se ha producido un corrimiento  progresivo de un gran espectro de actividades exclusivas de los hombres - quienes llevaban el pan a la casa, carácter sobre el que se apoyaba el concepto de virilidad- al ámbito de la competencia de las mujeres. Una manera de subliminar esa falta es replegarse sobre el propio cuerpo, dando a  los músculos la máxima expresión de fuerza y tamaño, remarca la Dra. Juana Poulisis en el libro " Los nuevos trastornos alimentarios".

¿Cosa de hombres?
Si bien este trastorno afecta en un 90% a los hombres - sobre todo los mas jóvenes-, cada vez hay  más casos de mujeres que lo padecen. "Las más preocupadas por por hacer ejercicio físico son las mujeres de 35 a 60 años, aunque la mayoría que hoy entreno tienen entre 40 y 50 años. Quieren estar bien tonificadas con formas curvas definidas", afirma José Donoso, Profesor Universitario de educación física del Gimnasio Olimpia Cancillería.(…)

Vigorexia bajo la lupa
La vigorexia o dismorfia muscular fue estudiada por primera vez en 1997, por el Dr. Harrison G. Pope, psiquiatra de Hospital Mc Lean en Boston ( Estados Unidos ). Se encuadró dentro de un grupo de trastornos denominados dismorfias corporales, sufridos por aquellas personas que no se sienten a gusto con su propio cuerpo y se obsesionan con la mejora de ciertos defectos físicos. Pueden llegar a pesarse y medirse varias veces por día y constantemente se miran en el espejo para comprobar sus progresos en cuanto al volumen  y definición de los músculos. " Estas conductas ubican este trastorno en el espectro de los obsesivos- compulsivos pero, dado que el  rasgo predominante distintivo e los vigoréxicos es la distorsión  que tiene de la imagen corporal, se los caracteriza dentro del trastorno dismórfico corporal", asegura la Dra. Juana Poulisis, especializada en trastornos alimentarios. Suelen ser personas poco sociables, que tienen una baja autoestima y una fuerte personalidad obsesiva, que repercute en todos los ámbitos.

¿Trastorno alimentario ?
Es una lucha inescrupulosa por el verse bien inexorablemente a ser  súper obsesivos con la alimentación. "La preocupación por ajustarse a una dieta baja en grasas (hipocalórica) y alta en proteínas (hipercalórica), con el peso corporal y la distorsión de la imagen, trae también  la asociación con la categoría de trastornos alimentarios, aunque no esté oficialmente aceptada como tal por entidades médicas como la Asociación Psiquiátrica Americana", sentencia la Dra. Juana Poulisis. Así suelen llevar una dieta desequilibrada, alta en proteínas e hidratos y baja en lípidos.
Lamentablemente, en más casos de lo que se cree se consumen esteroides anabólicos para aumentar la masa corporal. Entonces, y como consecuencia, aumenta el riesgo de padecer enfermedades, lesiones hepáticas, problemas cardíacos, osteoporosis, lesiones en tendones, edema, daño renal, etc..
Desde ya que la persona vigoréxica necesita reconocer que tiene un problema, por lo que la decisión de encarar un tratamiento no es voluntaria. Las consecuencias psicológicas y sociales del trastorno son las que menos se reconocen, por lo que no suelen tratarse. Suelen consultar al médico por los efectos adversos de ejercicios, dieta y sustancias, y en menos casos, por haber caído en una depresión al ver que todos los aspectos de su vida están afectados.
Para su tratamiento suelen necesitarse un abordaje multidisciplinario, utilizando psicoterapia cognitivo-conductual, en algunos casos, combinado con antidepresivos.

Encontrar el límite sano
Suele pasar que al realizar algún tipo de ejercicio físico, ya sea al aire libre o en un gimnasio, nos sentimos tan bien que queremos "más". Y así, se intensifica el entrenamiento, pudiendo volverse, incluso, excesivo. Es importante remarcar un mismo entrenamiento que es saludable para alguien, puede ser excesivo para otro ( aunque tengan la misma edad, contextura física). No siempre están claros esos límites. (…)

miércoles, 12 de octubre de 2011

La mesa compartida


La mesa compartida.
 Una de las carencias más importantes de este vertiginoso tiempo, es la pérdida de la mesa compartida. Es difícil que todos los miembros de la familia logren compartir al menos una comida diaria. La mesa familiar es una gran oportunidad para recrear un espacio de intimidad, previendo dejar de lado a la hora de comer, los conflictos, reclamos y caprichos.
 Es el lugar para compartir la misma comida, incorporar alimentos variados y prevenir desórdenes alimentarios. Por supuesto, debe prescindirse en ese momento de la televisión, los celulares e internet. Esto permite afianzar los canales de comunicación, esos que en etapas críticas como la adolescencia de los hijos, los padres reclaman sin advertir que antes no se preocuparon de ello.
 Si un miembro de la familia sigue una dieta por razones de salud, es importante que no se extienda a todos, especialmente a los niños y adolescentes. No se puede consumir sólo productos light o desterrar el azúcar en la alimentación de chicos que está creciendo. Si es necesario por salud, que siempre sea con indicación médica. Seguramente se le ofrecerá un plan alimentario equilibrado que incluya todo lo que necesita.
 Un error muy frecuente en los padres, es el de utilizar la comida como premio o castigo. Nada más desacertado. Restringir a un pequeño de alimentos que le gustan mucho porque cometió una falta, deja una huella indeleble en la memoria emotiva del niño. Seguramente un chico que padece trastorno por atracón, elegirá para su ingesta compulsiva  ese alimento que se le prohibía.
 Existen recursos para celebrar un logro o poner límites, más apropiados. La comida es necesaria en toda su variedad, incluso de esos alimentos que hoy tienen tan mala prensa por poco nutritivos e hipercalóricos. Valen por el disfrute que aportan, suprimirlos totalmente sólo incrementa el deseo de comerlos.
 Tan importante como los hábitos alimentarios son los mensajes de amor y confianza en sí mismos que los hijos obtienen de sus padres y del entorno.
 Si constantemente nuestras conversaciones están relacionadas con la imagen física, ellos entienden que este es el principal parámetro por el que valorarse a sí mismos y a los demás. Es bueno transmitirles otros referentes, historias y obras de personas que se destacan por su calidad humana, por su actividad intelectual, por su disciplina deportiva, en síntesis por su esfuerzo y responsabilidad.
 En este punto, acompañarlos en la búsqueda de una vocación, de una disciplina deportiva que los entusiasme o el aprendizaje de un arte u oficio les reporta más gratificación a largo plazo. También plantean desafíos en los que se pone en juego la creatividad, la incorporación de pautas y el trabajo en equipo, tan necesarios para el mundo adulto.
 Se ha comprobado en estudios abordados desde la corriente de la psicología positiva que los adolescentes que tienen actividades que implican cierto esfuerzo y aprendizaje, desarrollan una sana autoestima y tienen menos probabilidades de caer en depresión que aquellos que eligen la tentadora oferta de disfrute inmediato y sin esfuerzo ( videojuegos, televisión, navegar internet, visitar centros comerciales).
 Siempre es importante darle a los chicos un grado de libertad y autonomía necesarios para su maduración pero sin  descuidar la contención y los límites.
                                                                                                    Dra. Juana Poulisis

Los nuevos trastornos alimentarios

Recientemente publicado por Editorial Paidós
Un ejercicio mecánico y cotidiano como mirarse al espejo puede convertirse en una odisea para quien alberga en su mente un solo mandato interior: ?Tengo que estar flaca. No importa cómo?. Para algunas personas, la decisión de comer ?o no? un chocolate resulta más tensionante que rendir un examen. Temen al juez acusador que aguarda agazapado en los vericuetos de sus mentes. Temen la imagen de perfección que les presentan los medios de comunicación. Se alimentan de canciones, que las llevan por el camino de la delgadez extrema, y de páginas web, que les dan letra para abusar de su cuerpo. ?Ser delgado o no ser? es el mantra que repiten una y otra vez. Así, la alcohorexia, la vigorexia, la diabulimia, la orthorexia y los trastornos alimentarios (que pueden aflorar tanto en niños y adultos como, incluso, en futuras mamás) son simplemente trampolines para llegar a su objetivo.
En Los Nuevos Trastornos Alimentarios, Juana Poulisis nos ayuda a desenmarañar el aparente sinsentido de quienes arriesgan sus vidas para tener una silueta ideal. ¿Cómo se manifiesta en algunas personas la lucha por ser delgados, rápidos y eficientes? ¿Cómo puede lidiar una niña que está entrando en la pubertad con la invitación a ser atractiva, popular y fashion? ¿Qué camino va a elegir: el de una vida sana o aquel cuyas prácticas para sostener un bajo peso la lleven a la muerte? Estos son algunos de los interrogantes que la autora aborda en estas páginas con información precisa y mucha valentía.